La sociedad nos prepara para ser negativos. Si somos negativos estamos más preparados para las guerras, los enfrentamientos ideológicos o religiosos...también más preparados para ser mártires, para sentir miedo, para autodañarnos. Así que hay que utilizar la negatividad que nos rodea y transformarla en positividad. La felicidad se contagia, y quizás de este modo, se propague el virus de las sonrisas.
James H. Fowler y Nicholas A. Cristakis, han hecho un estudio que confirma que la felicidad se contagia hasta los tres grados de separación, es decir, que si un amigo de un amigo es feliz, el tipo en cuestión tiene un 10% de posibilidades de serlo también. Así que, ya sabeis, a rodearse de personas positivas que os contagien las carcajadas y el buen rollo para enfrentaros a cada día.
Foto: http://sferrerobravo.wordpress.com/2009/03/10/el-circulo-del-99/
8 comentarios:
Es verdad, hay que intentar rodearse de personas positivas! Y pensar que no todo el mundo tiene porqué ser malo y desconfiar de los demás siempre. Además dice el dicho que cada vez que te ríes se te va una arruga... un besito y buen fin de semana!!
Una sonrisa, un rayo de sol en un día nublado, los abrazos, la lluvía, pasaer por el campo, un beso de mi niña, el chocolate, cantar en la ducha (muy mal por cierto!), unas risas con los amigos.... pequeñas cosas que me hacen feliz!
Las comparto para que os contagiéis un poco... besets!
Alicia: ¡Pues que se vayan todas las arrugas!, buen finde Alicía!
Cuka: Pues si, parece que se contagia. Voy a centrarme en todo lo positivo, ya lo hago, pero todavía más. Besets bonica y buen finde!!
Feliz finde para tí también! :)
Tienes toda la razón del mundo, no hay nada mejor que rodearte de gente positiva.
Alejandra: La mejor medicina. Besets!
Y que hacéis con los que somos pesimistas, nos mandáis a tomar viento???? Jijijijiji. En fin yo por si acaso estoy cambiando el chip y todos los días trato de ser positiva.
Un besazo. Y sí estoy de acuerdo la risa es la mejor terapia.
Belén: Nooooooooooooooo, a los pesimistas os contagiamos la felicidad a la fuerza, jajajajaja. Mira que yo tengo en casa a mi Pedro que es mucho más pesimista que yo, o más realista quizás y hala, ¡a ser feliz toca!.Abrazotes Belén!
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